A partir de 2015, todas las entidades no lucrativas, estén declaradas de utilidad pública o no le estén, si superan el límite de ingresos de 50.000 euros tienen que presentar Impuesto sobre Sociedades.
Esto tiene una serie de consecuencias fiscales y de llevanza de contabilidad que afecta a todas las asociaciones, pero de forma distinta si están declaradas de utilidad pública o no.
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